miércoles, 22 de agosto de 2012

Crónica de Santa Fe, Nuevo México.



Deyssy Jael de la luz García
Centro de Estudios Ecuménicos/Iglesias por la Paz
18 y 19 de agosto de 2012.



La Caravana llegó a Santa Fe,  justo cuando se celebraba el mercado anual de artesanías. La gran mayoría de artesanos son de las culturas indias nativas. Osos de todos los tamaños tallados en madera, joyería de todo tipo de piedras minerales y cantos de indios grandes, cabello largo y piel morena quemada por el sol… Frente a ese escenario ensoñador, un habitante del lugar me expreso que Santa Fe era lugar de destino para el retiro. Prosperada económicamente por la industria del cine, el turismo, y caracterizada por tener el salario mínimo más alto de la Unión Americana. “Son los blancos, dueños de casas de bienes y raíces quienes deciden sobre el marcado cultural y artesanal fijando los precios que deben tener; hay una gran exclusión de artesanos nativos que viven en condiciones de extrema pobreza, sin educación, empleo y con fuertes problemas de alcoholismo”. Estas son las fechas en que aprovechan juntarse para cantar, intercambiar y celebrar a los espíritus antiguos.

Hasta ese momento sabía que Santa Fe es un crisol de culturas indias nativas, comunidades hispanas, mexicanos y angloparlantes, pero no había sido capaz de percibir la realidad estructural… No obstante, de noche en el campo, todavía se puede disfrutar de un cielo estrellado. Y eso era una señal de que algo bueno habría de pasar.

Domingo por la mañana La comisión ecuménica del MPJD, Iglesias por la Paz y amigos de organizaciones que trabajan el tema de migración, fueron invitados por Cam y Susan Ducan a participar en un foro informativo en la Iglesia Presbiteriana West Minister.

Fue una mañana en donde se pudo compartir a creyentes interesados en la situación de México. Ahí  se expuso qué es el MPJD, el objetivo de la Caravana y como apoyar. De la misma forma, se compartió la visión de Iglesias por la Paz, desde una lectura presbiteriana. “El pensamiento de Juan Calvino, tuvo como eje central referirse a las personas como imagen de la gloria de Dios, si eso no esta sucediendo por parte de las autoridades de cualquier sistema, entonces denigra la misma gloria de Dios”. Se hizo un llamado a sumarse a la Declaratoria Publica y a acompañar a personas que han vivido en carne propia los efectos de la Guerra contra el Narcotráfico en México. Y justamente, al terminar la mesa, ahí estaba la luchadora social Cipriana Jurado. Ella ha pedido exilio político y residencia en Santa Fe pues su vida corre peligro en su lugar de origen, Ciudad Juárez. Fue una gran alegría para Iglesias por la Paz saber que esa comunidad presbiteriana le esta acompañando en el proceso de visibilización de su caso. Ella se unió ya a la Caravana. Al platicar con el ministro de la iglesia, Chester Topple, mostró mucho interés en ser un referente de apoyo a Iglesias por la Paz en Santa Fe, pues además  es parte del grupo ecuménico del lugar. ¡Muy bien!

Por la tarde tuvimos un convivio en casa de una de las anfitrionas y organizadora de la Caravana en los Estados Unidos, Chelsea. Lo interesante fue el  vinculo entre naturaleza y espiritual budista… la comida se sirvió en una casa hermosa llena de paz. Eso me hizo recordar que la paz es también darse la oportunidad de mirar con atención, abrir nuestros sentidos a los detalles que ofrece la vida y mirar asombrados lo que esta frente a nosotros.

La comensalidad es un elemento central en este proceso de darle sentido a nuestras vidas. Creí ver en el rostro de más de uno de los caravanistas  un brillo en los ojos que no dejan todavía de llorar; quiero pensar que hasta los más escépticos, recuperaron su capacidad de asombro cuando vieron a Buda y Krisna frente a frente.

Otro acto fue la misa realizada en la Iglesia de Guadalupe en donde varios miembros del MPDJ tomaron la palabra para seguir con la denuncia pública. La idea de compartir el testimonial es justo, sensibilizar sobre aquello que se nombra por cifras.

Al siguiente el acto público contó con mucha asistencia. Jóvenes y personas de la tercera edad; políticos locales y luchadores sociales. Aquí fue interesante cuando Miguel Álvarez de SEPARAZ México tomó la palabra para explicar al público en qué consiste la política de la memoria del MPJD. Expresó que las personas que han ido en esta Caravana, tienen derecho a la verdad, derecho a la justica, derecho a la reparación del daño pues el Estado no reconocerá sus errores hasta que se de un cambio estructural y son los movimientos sociales quienes lo harán. Además de su discurso, en el mismo sentido se presentó el senador de Santa Fe en apoyo total a la Caravana; él se dijo ser pacifista y denunciar desde el 2003, las guerras en  Oriente por parte de los Estados Unidos. El orador más esperado fue Javier Sicilia…

Finalmente, quiero decir que hasta este momento los discursos de Javier Sicilia han tocado de manera reiterada dos temas ejes: la Guerra a las Drogas y el contrabando de las armas de fuego. Pone el dedo en la llaga en la narrativa fundacional de los Estados Unidos y eso, de acuerdo al espacio en donde se esté, causa simpatía o rechazo. Hasta el momento ya adelante la simpatía.  Poco a poco va introduciendo el tema de la migración y casi nulo, el lavado de dinero. Lo cierto es que el tema de cooperación bilateral se ha visibilizado de tres formas, según mis apreciaciones:El apoyo que la Caravana tiene de organizaciones de la sociedad civil a nivel local en cada ciudad o condado por donde vamos. Éste, se ha expresado en dar alojamiento a los dos camiones que conforman la Caravana, alimentar y preparar el programa local. No hay palabras para agradecer todas las atenciones dadas.

El otro nivel de la cooperación es de logística. Desde tiempo atrás, hay organizaciones que “cabildearon” con políticos y actores claves de cada ciudad, y éstos hicieron posible las reuniones con políticos importantes de cada lugar para mostrar o no su apoyo a los temas que conforman la agenda de la Caravana; y el último y más interesante del cual se desprenden preguntas es: ¿cómo dar seguimiento a todo lo que se va recogiendo a lo largo del camino? ¿Qué acciones concretas se desprenderán de todo e itinerario, de tal forma que cada vez vayan sumándose más actores, que trasciendan los actos celebrativos y el compartir de testimonios? ¿Qué le toca hacer en ese proceso a Iglesias por la Paz?





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