APRECIABLES AMIGAS Y AMIGOS
A pocas
semanas de que cambie el gobierno de nuestro país sentimos incertidumbre
y observamos como nuestro
entorno cada día se va enrareciendo más, por un lado,
la prisa de aprobar leyes
que perjudicarán el trabajo de tod@s, y por otro, la
lucha absurda contra molinos de viento,
queriéndonos hacer creer que los jefes del
narcotráfico caen vencidos por la estrategia de
Calderón, mientras continúa la muerte en miles de
hogares y ciudades.
Nuestros pensamientos
y nuestros corazones están urgidos
de esperanza y aliento por mundo y otro México es
posible. Es por eso que en el marco del 50 aniversario
del inicio del Concilio Vaticano II, parteaguas que cobijó a cientos de
mujeres
y hombres en la renovación de su compromiso
social con lo más pobres, sentimos la necesidad de
reunirnos, para reflexionar juntos nuestra realidad,
los ecos
que es Concilio
haya dejado en nosotros, redescubrirlos y buscar
juntos nuevos caminos de unidad, de intercambios, de
acción frente a lo que ya está aquí.
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