Por Ricardo Guillermo Gállego
Centro de Estudios Ecuménicos/Iglesias por la Paz
(Carta de Iglesias por la Paz a Patishtán, leída en la Celebración por su libertad, Ángel de la Independencia, Ciudad de México, 31 de octubre de 2013)
El “Profe”…el Profe Alberto Patishtán, afirmaba en una entrevista en el periódico La Jornada de hace un par de semanas: “En mi interior estoy libre desde el primer día” (1)
A pesar de estar entre las rejas
se sentía libre. “Recuerda los primeros
tiempos de su encarcelamiento. Reconoce que cuando lo agarran, lo más
doloroso de pensar es la injusticia; ‘te salen unos corajes de aquellos’, hasta
te llenas de rencor, de odio. Para mí eso era otra cárcel. No te deja avanzar. Cuando me acerqué a las cosas de Dios,
comencé a perdonar. Antes yo no era tan religión, pero gracias a la espiritualidad salí de esa cárcel. Me tomó unos años”
(2).
En la Biblia, en el Evangelio de Juan 8:32, Jesús dice: “Y
Conocerán la Verdad…y la Verdad los hará libres”. Alberto Patishtán conoció la Verdad, esa verdad que le hizo sentir
libre…él hablaba verdad cuando decía que no cometió los delitos que se le
imputaban. “Me interesa que quede claro
que soy inocente. Tienen que darme la libertad y punto”, declaraba en esa
entrevista. “Es muy triste que los jueces
no admitan mi inocencia, como que no les importa. Se dejan gobernar por la
oscuridad, dice. Irradia claridad y la paz interior del buen guerrero” (3).
“La espiritualidad, más que la religión (católica en su caso), ha sido
un arma para resistir” , escribe Bellinghausen . En esa verdad vivía, en esa
espiritualidad en resistencia se fortalecía durante los 13 años que estuvo
preso injustamente, producto de una venganza política debido a las denuncias
que presentaba contra el presidente municipal de El Bosque, Manuel Gómez Ruiz (quien gobernaba ese municipio
en el año 2000), a quien Patishtán acusaba de corrupción.
Pero su
fe en Dios le proporcionó la fuerza interior.
“La cárcel te enseña a ubicarte, las mismas autoridades con sus abusos te dan
las herramientas para rebelarte. Una injusticia te da fuerza, no queda de otra.
Las injusticias te impiden estar en paz contigo, no dejan que te liberes.
Tienes que encontrar esa paz para seguir adelante (4)”. En esa verdad vivía, en la verdad de Jesucristo,
y esa espiritualidad lo hizo sentir libre “desde
el primer día” como declaró, y esa fuerza interior y convicción por hablar
verdad, por buscar la justicia, y a no rendirse (una palabra que no existe en
el vocabulario tzotzil) contagió a muchos, no
sólo en Chiapas, sino en todo México y en otros países.
Hoy celebramos la libertad de Alberto Patishtán. Su espíritu ya era libre, pero ahora está con nosotros, con su ser total: cuerpo, alma y espíritu. Lo festejamos, y, como creyentes, el Movimiento de Iglesias por la Paz, aplaude su liberación y le da gracias a Dios.
"El pasado 12 de septiembre el poder judicial de la federación demostró su incapacidad para impartir justicia al negar la libertad a Alberto Patishtán, no solo le fallaron a él y a su familia, le fallaron a todo el pueblo de México” (5), pero públicamente aquí, en el Ángel de la Independencia, Iglesias por la Paz, un movimiento ecuménico e interreligioso compuesto de espiritualidades católicas, evangélicas y budistas, entre otras, se suma a todas las personas y organizaciones solidarias con el Profe Alberto para hacerle UN RECONOCIMIENTO DE INOCENCIA, y para exigir justicia y reparación del daño para él y para otras personas inocentes que aun padecen injusta prisión en Chiapas y en todo el país.
(1) La Jornada, “Estoy libre desde el primer día: Patishtán”. Hermann Bellinghausen, jueves 24 de octubre de 2013, pág. 2.
(2) Ídem
(3) ídem, La Jornada 24 de octubre 2013
(4) Ídem
(5) Comunicado de prensa del Comité por la Libertad de Alberto Patishtán, 30 de octubre de 2013
(5) Comunicado de prensa del Comité por la Libertad de Alberto Patishtán, 30 de octubre de 2013
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