viernes, 22 de marzo de 2013




MOVIMIENTO IGLESIAS POR LA PAZ

Manifiesto



Antecedentes

El 2 de septiembre de 2011 se convocó a un primer diálogo ecuménico entre iglesias, comunidades y organizaciones de fe, con el fin de establecer  estrategias y acciones comunes a favor de las víctimas de la violencia, inspirados por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.



Quienes atendieron a esa convocatoria y asistieron al diálogo ecuménico, hicieron posible la conformación de un colectivo hoy denominado Movimiento de Iglesias por la Paz. A un año y medio de su fundación, hacemos público este manifiesto al que consideramos nuestra carta de identidad.



Iglesias por la Paz es un movimiento ecuménico e interreligioso integrado por  personas de fe, comunidades y organizaciones de diferentes tradiciones espirituales. Su objetivo es  contribuir a la construcción de la paz en México y el mundo, a través de una labor conjunta, permanente y  armónica.



Nuestro momento actual



Este movimiento es consciente del papel vital y esperanzador que tienen las religiones y las  espiritualidades en la creación de una sociedad donde la paz y la justicia  imperen. Por ello, el Movimiento de Iglesias por la Paz realiza acciones de sensibilización desde una dimensión ética y espiritual de anuncio, denuncia y servicio dirigidas a la sociedad en general.



Los principios  que fundamentan nuestras acciones son:


  • La No Violencia  y la construcción de paz como ejes rectores
  • Acompañamiento a personas víctimas de la violencia.
  • Suma de  esfuerzos con actores eclesiales y sociales nacionales e internacionales comprometidos en las causas de la  construcción de la paz y la justicia.



Dos  líneas de acción enfocan nuestro quehacer:



·  La Incidencia pública. En solidaridad con las víctimas a través deacciones  de anuncio y denuncia  y de resistencia  civil pacífica desde la fe.


·  Formación para la paz. Espacios que contribuyen  a la reflexión, herramientas y estrategias de construcción de paz, priorizando a las iglesias y personas de fe a un compromiso por la verdad, la justicia y el amor.



El clima de inseguridad y violencia  en nuestro país no es menor al tiempo que iniciaba el Movimiento de Iglesias por la Paz. Hoy, las condiciones sociales, políticas y económicas de nuestro país, desde sus diferentes escalas de poder, siguen engendrando muerte y desolación e indiferencia al dolor y pérdida colectiva. No podemos permanecer indiferentes ni pasivos ante el clamor de tanto dolor e impunidad.



Por lo tanto:



·    Afirmamos que el espíritu de toda religión  es el aliento, el ánimo que mueve e impulsa a ser y hacer caminos de acciones que conducen a la  creación de condiciones de espacios justos de esperanza, seguridad, justicia y paz. 



·  En coherencia a nuestro Posicionamiento Ético Público del 12 septiembre de 2011, reafirmamos nuestro compromiso de hacernos visibles como una expresión espiritual ecuménica e interreligiosa, que denuncie con firmeza la injusticia hoy imperante en nuestro país, reconociendo las causas estructurales de la inseguridad. Por ello, llamamos a vencer el temor y salir a las calles y espacios públicos con acciones de resistencia pacífica desde la fe.



·   Asumimos que hay que avanzar con paso decidido y firme no sólo en la confrontación de los poderes establecidos que atentan contra la vida, sino a acompañar con compasión y misericordia a las víctimas de violencia. De la misma manera animamos a manifestarse públicamente con ellas en sus reclamos de justicia.



·  Reconocemos que aislados no tenemos la fuerza requerida para la transformación de la violencia. Necesitamos tejer alianzas organizadas entre comunidades de fe, iglesias y organizaciones civiles comprometidas con la fe y la vida a fin de sumar  sus recursos puestos al servicio de acciones por la paz.



Bajo estas convicciones, el Movimiento Iglesias por la Paz sigue adelante y mantiene su espíritu de resistencia. A la vez, hace un llamado a todas las personas de fe, comunidades y organizaciones, a que se muevan y caminen siendo y haciendo agentes de paz.



 Invitamos a testimoniar una espiritualidad de esperanza, que conecte el ser y quehacer cotidiano.  Entusiasmo es “poseer un dios dentro” “estar habitado por un dios” (en-theos-mos). Con entusiasmo seguimos en este camino…




“…hasta que la justicia y la paz se besen”.





¡Súmate a las acciones de Iglesias por la paz, firma tu adhesión!






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