jueves, 13 de septiembre de 2012

Inicia la Jornada Nacional e Internacional 10 días por la paz y los DH



“¡Señor! La guerra es mala y bárbara;
la guerra odiada por las madres, las almas entigrece;
mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra?
¡Quién segará la espiga que en junio amarillece?
Es bárbara la guerra y torpe y regresiva (…)”
Antonio Machado.

México D.F., 12 de septiembre de 2012.- El sexenio de la muerte esta por llegar a su fin. Como antesala, nuevamente el sin sentido de la violencia vuelve a inundar de muerte y sufrimiento todo nuestro país. En realidad nunca se fue, siempre estuvo ahí; sólo ocurrió que el dolor de una nación fue relegado a las últimas páginas de los diarios mientras el circo de la supuesta democracia ocupaba las primeras planas. También sucedió que la muerte y la desaparición de miles de personas comenzaron a tratarse como parte de una falsa normalidad. No. No queremos acostumbrarnos a esa normalidad. No es digno. No es humano.


Por eso hoy, como desde hace año y medio, estamos nuevamente en las calles para recordarles a los señores del dinero y de la muerte que esta situación no es normal, que nuestros desaparecidos y nuestros muertos les serán dignamente incomodos, y que nosotros no descansaremos hasta encontrarlos y encontrar la justicia que nos han negado. Con nuestra memoria alimentaremos el juicio de la historia, ese que hará recordar a Felipe Calderón como el presidente de los 70 mil muertos, los 20 mil desaparecidos y los 250 mil desplazados de guerra.

Hace un mes, 80 compañeros y compañeras de nuestro movimiento iniciaron un recorrido por los Estados Unidos de América. Acompañados de más de 80 organizaciones de ese país –y de otras que se sumaron en el camino-, fueron tejiendo redes de solidaridad entre nuestros pueblos para exigir el fin a la guerra contra las drogas, el alto al tráfico de armas, que se acabe con el lavado de dinero, que la cooperación internacional se realice respetando la libre autodeterminación de las naciones y que los y las migrantes sean tratados con dignidad y justicia.

Hoy nuestros hermanos y hermanas terminan este largo recorrido y llegan a Washington DC, ciudad en la que declararán el 12 de septiembre como el Día Internacional por la Paz en México. Por eso estamos aquí en la embajada de Estados Unidos de América en México, para hacerles saber a los gobiernos de los dos países que somos cada vez más los que queremos la paz, que somos muchos y muchas los que exigimos el fin de la guerra en México.

Sin embargo, esta vez nuestro grito será más fuerte. En esta ocasión nuestra exigencia de paz con justicia y dignidad se unirá a la de millones de personas que en todo el planeta construyen la paz mundial y que tomarán las calles el próximo 21 de septiembre para conmemorar el Día Internacional de la Paz.

Desde México también queremos abonar a la construcción de la paz mundial. Es por ello que junto a otras organizaciones políticas y sociales y hombres y mujeres de buen corazón, estaremos siendo parte de la Jornada Nacional e Internacional por la Paz y los Derechos Humanos, porque nosotros creemos que la paz no es solamente la ausencia de guerras o conflictos, sino que la paz, a nuestra manera de ver, implica también la justicia social y que todos y cada uno de los Derechos Humanos sean reconocidos, garantizados y respetados por los distintos gobiernos en el mundo.

Por último, respondiendo al otorgamiento de inmunidad que se le dio a Ernesto Zedillo Ponce de León sobre la masacre que se realizó en Acteal, Chiapas en diciembre del año de 1997, exigimos que la justicia no sea otra vez la excepción para nuestros hermanos y hermanas de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal. Convocamos a que todas las organizaciones sociales que acompañaron e hicieron posible la Caravana por la Paz en EUA y en general todas las personas a las que les llegue este mensaje se pronuncien en contra de del otorgamiento de inmunidad que realizó el gobierno norteamericano.

Sigamos pues luchando por la paz, la justicia, la dignidad y los derechos humanos. Abonemos todos y todas a la construcción de un mundo con paz verdadera. Hagámoslo antes de que sea demasiado tarde para rescatar este mundo, nuestro mundo.

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