martes, 21 de junio de 2022

Pronunciamiento de Iglesias por la Paz ante el asesinato de dos sacerdotes jesuitas y un laico

 

Cerca de Dios, cerca del Pueblo

Pepe Llaguno S.J.

 

Con indignación, impotencia y tristeza nos solidarizamos con la Comunidad Rarámurí de Cerocahui, y oramos, a la vez que denunciamos la violencia que lleva décadas causando estragos, en la región Rarámuri, y que atestigua el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Cesar Mora Salazar, así como de otra persona cuyo nombre no se conoce.

Javier y Joaquín, llevaban entre el pueblo Rarámuri décadas de servicio, tenían cercanía y ternura con las personas de las diferentes comunidades que acompañaba, su servicio incondicional corriendo la misma suerte de los pueblos le merecía el cariño de sus feligreses, procurando no solo atención sacramental sino promoción humana, defensa de derechos, esperanza en medio de tantas dificultades que enfrentaba la región.

Los asesinatos y desaparición de los cuerpos, ocurridos el pasado 20 de junio, fueron dentro del templo de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua. Sumándose, por la corrupción, descomposición política y social, al de otras personas como ambientalistas, defensores de derechos humanos, periodistas, ministros de culto religioso, víctimas de la delincuencia organizada, y la colusión de gobernantes y magistrados.

Nos unimos a las declaraciones y demandas de justicia que han expresado diversas organizaciones de Fe y de Derechos Humanos, Organizaciones Civiles y Sociales, que exigen al Estado el esclarecimiento de estos hechos.

Exigimos que se les otorgue las medidas cautelares a la comunidad jesuita, religiosas, laicos y de la población de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua y la recuperación de los cuerpos que fueron sustraídos del lugar de los trágicos sucesos.

Exigimos que la investigación de estos acontecimientos sea transparente, expedita y conforme al derecho nacional e internacional y que se procese a los autores intelectuales y materiales de estos asesinatos.

De igual manera expresamos nuestro profundo dolor e indignación y nos unimos en oración con la compañía de Jesús, por el lamentable homicidio de dos de sus sacerdotes.  Rogamos al Dios de la Vida que dé consuelo a las familias y a los feligreses de las comunidades Rarámuris.

En Iglesias por la Paz manifestamos nuestra solidaridad, cercanía y acompañamiento en estas horas difíciles a las víctimas de la violencia, familiares de desaparecidos y pueblos indígenas que pierden un gran apoyo y acompañamiento, y que suma a la desesperanza que vive nuestro país y que afecta a millones de personas que padecen injusticias.

Como Iglesias por la paz, afirmamos que no es con militarización, que se asegura la paz, son procesos largos y constantes de procuración de justicia, construidos con los pueblos y sus necesidades, que se lograran los cambios y una mejor calidad de vida.

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