Deyssy Jael de la Luz García
Centro de Estudios Ecuménicos/ Iglesias
por la Paz
24 de septiembre de 2012. A doce días de haber concluido la
Caravana por la Paz en USA, y a un mes de haber estado en San Antonio, Texas, recordé
que por nuestro paso en ese lugar, nuestros anfitriones nos recibieron dentro
de un salón de actos en donde nos compartieron palabras de esperanza, un rico
alimento y solidaridad para con nuestro país y nuestros hermanos que han
sufrido de manera directa, los efectos de la violencia nacional. Si hubo algo
que a todos los caravaneros nos acercó más a un Ser Supremo fue la experiencia
de ser parte de una celebración ecuménica. Participaron religiosas católicas
que lúdicamente interpretaron con danzas la oración de San Francisco de Asís,
“Señor, hazme un instrumento de tu Paz”; también unieron oraciones representantes
de las tradiciones del Hinduismo, Budismo, Judaísmo, Islam y religiosidad
Cheroki.
De entre todos los que levantaron su voz, Imam Omar Shakir, representante del Islam dirigió a los mexicanos un poema que en su momento fue leído en inglés sin traducción. Al final de esa reunión, Omar Shakir le obsequió a Iglesias por la Paz el poema, autorizando su traducción al español. A continuación lo compartimos.
Un poema para los pobres, para los que no
tienen el poder, para los olvidados por Imam ´Abdur-Rahim Muhammad
(Poema leído por Imam Omar Shakir, 24 de
agosto de 2012, San Antonio, Tx.).
Tienes
miedo.
De
hablar, de decir la verdad, de impedir.
¿Por
qué?
Porque
amenazan con destruirte.
Amenazan
con destruir a tu familia, a cada persona de tu familia…Sin importar si está
cerca o lejos.
Y
lo harán. En público, a plena luz del día.
¿Quién
lo hará?... A veces tus amigos.
¿Por
qué?
Para
poner miedo en tu corazón, un miedo tan profundo para quitarte el coraje de
hablar,
de
vivir una vida humana y no la vida de un perro,
una
bestia, una criatura sin la dignidad humana.
Saben
que sí logras una dignidad más fuerte que la de un muerto, están acabados.
Su
poder está en el pasado y no el futuro.
Nunca
más.
¿Cómo
saber esto?
Porque
yo era tú.
Y
todavía soy tú.
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